Codicia
Veo a las gentes en el mundo
desperdiciar sus vidas por la codicia,
sin poder nunca satisfacer sus deseos,
cayendo en una desesperación cada vez más profunda
y torturándose a sí mismos.
Incluso si obtienen lo que desean
¿cuánto tiempo serán capaces de disfrutarlo?
Por un solo momento de placer celestial
sufren diez tormentos infernales,
atándose con más firmeza una losa a sus cuerpos.
Gente así son como monos
tratando de alcanzar frenéticamente la luna en el agua
para acabar precipitándose en un torbellino.
Cómo sufren estos seres atrapados en el fluir del mundo.
A pesar de todo, no puedo evitar inquietarme durante toda la noche
ni dejar de verter mis lágrimas por ellos.
Ryòkan Taigu
monje Zen
(1758 – 1831)
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