lunes, 29 de agosto de 2011

Tapa Nº 129

Gratitudes y solidaridades

En medio de una época en que imperan el tironeo por los intereses individuales, las quejas por el absurdo del cemento en la playa, la cuestión de la inseguridad, la basura, la apropiación casi irrestricta de los espacios verdes (o sea públicos = de todos) y otras lindezas por el estilo, nuestra comunidad da muestras, de manera simultánea y caótica como ya lo retratara Enrique Santos Discépolo, de un profundo sentido de la solidaridad y el agradecimiento. Quizás seamos, en conjunto, mucho más humanos de lo que pretendemos y menos egoístas de lo que nosotros mismos sospechamos. En una nota editorial publicada en la edición número 10 de El Chasqui, en septiembre del 2001, cuando éramos un puñado y se iniciaba la «explosión», el crecimiento brutal, la puja de intereses y los reclamos de unos hacia otros, escribíamos: ...es, pues nuestro deber ineludible colaborar para que el crecimiento sea lo menos doloroso posible, para que un interés personal no se anteponga a los de la comunidad que pretendemos fundar; y ésta será, sin dudas, la que nos hayamos merecido: una egoísta e indiferente o una donde más allá de las lógicas miserias con las que todos cargamos, impere un sentido amplio de respeto, bien común y solidaridad. Depende única, pura e inexorablemente de cada uno de nosotros...
Han corrido (sí, corrido) diez años. Y pasó de todo. Pasa de todo. Suele repercutir de inmediato y con estrépito lo negativo. Lo otro, en general, (no aquí, en casi todas partes) «vende» menos. Pero resulta que en diez años uno empieza a conocerse y respetarse en las diferencias, más allá de casos personales y específicos. Varias veces, muchas veces, el correo de lectores se ha visto inundado de cartas de agradecimiento público por los motivos más diversos. En este invierno dos episodios concretos desataron la solidaridad . El primero, derivado de un hecho triste como lo fue la repentina muerte de la vecina Estela Ferré de Chávez (Mariana Rosas escribe, en una carta que publicamos completa en la página 7: A raíz de esta inmediata necesidad salimos a golpear puertas y a hacer una colecta solidaria en la comunidad, sorprendiéndonos y emocionándonos por la respuesta positiva de la gente. (Fueron muchas las personas que no conocían de quién se trataba, y aún así prestaron su ayuda desinteresadamente) TODOS COLABORARON, cada uno con lo que pudo y como pudo.
Poco antes de esto, en la edición de junio pasado, un lector que no quiso firmar para no arrogarse ninguna «paternidad» sobre la idea, envió una carta que publicamos con el título «Implosión»: en ella relataba con detalle un viaje a Buenos Aires, solo en su auto, en el que le hizo un clic el tema de los ex combatientes de Malvinas. Entonces eligió, en lugar del reclamo, del reproche sin propuestas, lanzar a la consideración de nuestra comunidad una idea que podía parecer irrealizable, utópica, hasta temeraria en tiempos en que muchos proyectos solidarios son bastardeados por los ventajeros y ensuciados por los corruptos. Pero él no dudó y mandó la carta con la única condición de no firmarla. Y propuso. Propone. Propone reunirse, entre las fuerzas vivas de Mar de las Pampas, Las Gaviotas y Mar Azul, para que con los fondos recaudados se compre una casa para algún veterano de guerra sin vivienda... muy en bruto, en borrador, sin constituir una única posibilidad, calculé que se necesitan 200 personas que aporten mil pesos y lo consideré muy probable. Hasta le puse pomposo nombre: «Impuesto Moral al Desagravio» que esta vez tendría la suerte de que los fondos fuesen aplicados por los propios tributantes. La manera de desarrollar el proyecto sería juntar las primeras voluntades, y con ellas formar la organización que fije los modos de trabajo y también las formas de asegurar la transparencia de la gestión. (La carta íntegra puede leerse en www.elchasquiweb.blogspot.com o buscarse en facebook como El Chasqui de Mar de las Pampas).
Y empezaron a llegar las adhesiones, las cartas de apoyo, la oferta de colaborar en lo que haga falta. Es, por supuesto, apenas el principio. Pero es mucho.
¿Y por qué publicamos esto desde la tapa? Muy sencillo, porque nos resulta reconfortante contar desde nuestra cara más visible que podemos ser una comunidad agredecida, solidaria y también con memoria.
Y sobre todo porque la gratitud y la solidaridad son contagiosas.

Contratapa

El Rulo Piñango

(Capítulo de una novela inédita de Juan Pablo Trombetta).

A las dos de la tarde Buenos Aires era un hervidero a pesar de los nueve grados centígrados; el colectivo amarillo paró en la esquina de Corrientes y Pueyrredón; mientras tres o cuatro personas subían por la puerta de adelante, el chofer no dejaba de acelerar y frenar en ese bombeo ansioso por arrancar de una vez; el último en bajar fue un hombre muy bajo, magro —no mucho más de un metro y medio de estatura, menos de sesenta kilos—, de andar desmañado; el movimiento de piernas y brazos no guardaba la menor coordinación, parecía que se iba a desarmar en cualquier momento; el pelo revuelto, enrulado, más bien largo, con algunas canas; llevaba en bandolera un portafolios de cuero raído, un gabán gris muy viejo, unos zapatos marrones con algo de taco; caminaba como si estuviera concentrado en un asunto importante, con expresión alerta. Al doblar la esquina de Sarmiento se topó con un hombre que venía con las manos en los bolsillos, con la vista perdida, como si navegara en otra galaxia.
—¡Hugo, Huguito! ¡Tanto tiempo, che, qué alegría volver a verte! —el petiso gesticulaba moviendo las manos como aspas, había abandonado en el acto su talante adusto y reconcentrado por otro risueño, festivo; Hugo se detuvo, lo miró, entrecerró los ojos con las manos todavía en los bolsillos en la actitud de quien remueve en la memoria.
—Piñango, che, el Rulo Piñango, ¿te acordás…? bueno, hay que ver que pasaron casi cuarenta años, viejo. Dale, vamos a tomar un café en este bar, Huguito. ¡Che, mirá que venir a cruzarnos acá, pero qué alegrón!
Hugo accedió en silencio, más atraído por la posibilidad de escaparle por un rato a sus pensamientos que por un real interés en conocer detalles de la vida del tal Piñango, lejano compañero del secundario. En el bar los mozos corrían llevando y trayendo pedidos, pasaban trapos, apartaban sillas; todo era un ajetreo de pocillos, de cucharas que rebotaban en los platos mientras viajaban en las bandejas metálicas que los mozos llevaban con destreza por lo alto, esquivando comensales, a los gritos para que les escucharan el nuevo pedido de un cortado o de un café doble o tal vez de un pebete de jamón y queso con poca mayonesa. Rulo mostraba una sonrisa semi permanente, la sonrisa no era ni boba ni cínica, era una sonrisa, pensó Hugo.
Les acababan de dejar dos cafés cuando Rulo atendió un llamado en su teléfono celular; discutía con alguien y por fin gritó: «¡Hijo de puta, ya se te van a ir las ganas de especular con el hambre de un artista!». En seguida cortó.
—Un chanta. Resulta que trabajo en variedades, hago humor, ¿viste?; no me dio para pasar del circuito chico, teatritos, bares, amenizar alguna cena de bacanes, un cumpleaños… uy, si te contara, tengo cientos de anécdotas… nunca salí del país pero la provincia de Buenos Aires me la conozco así, ¿viste? —Rulo mostró la palma de su mano al tiempo que en un ademán enérgico se arrimaba a Hugo y lo miraba fijamente—. Bueno, este chanta que te digo me organiza algunas cositas en los pueblos y en general me caga, qué digo me caga, me recontracaga el hijo de puta; por pura desesperación más de una vez acepté condiciones humillantes, ¿viste?, qué sé yo, subirme al Renault 12, que está viejito pero es de lo más gaucho, a pie no me deja nunca, llegar a un pueblo a trescientos kilómetros, actuar y volverme después del show porque el turro no me garpa ni un hotelucho, y si me quedo a dormir, entre la morfi, la nafta y todo eso cambio la guita, laburo gratis, bah… Pero me cansé, así que fuiste testigo del preciso momento en que mandé a la mierda a ese garca. ¡Che, brindemos por eso! ¡Mozo! ¡mozo!, un tinto de la casa, sivuplé!
Entonado con el vino Rulo enhebró anécdota tras anécdota; Hugo por momentos se divertía, por momentos sentía pena y por momentos envidia de ese hombre que gesticulaba resuelto, lleno de proyectos. Como si de repente hubiese tomado nota de un asunto muy serio, Rulo dejó de reír, apoyó con fuerza el vaso vacío y exclamó:
—¡Che, pero no te dejé hablar, contame algo! —Hugo no hubiera sabido por dónde empezar, aunque más bien prefería no empezar, cuando la ansiedad de Rulo acortó el camino:
—¿A qué te dedicás, vos? —Hugo habló de sus relatos eróticos, cosa que a Rulo le causó mucha gracia y aprovechó para interrumpirlo y contar chistes y más chistes; golpeó la mesa y rió a las carcajadas hasta que una vez más se puso serio abruptamente:
—¡Che, qué carajo ni carajo, sos escritor, vos también sos artista! ¡Brindemos! —después del brindis se acercó apoyando el pecho sobre la mesa, apartó la botella de vino, bajó el tono de voz como si quisiera que nadie más escuchara lo que estaba a punto de decir: «Dale, contame, seguro que estás escribiendo algo… algo… que te tiene atrapado, obsesionado, se te nota en la cara». —Hugo sintió como si aquel hombre estuviera develando su secreto íntimo; aquel hombrecito llegaba desde el recuerdo adolescente a pedirle que le contara, que le dijera qué se traía entre manos, que hablara de aquello que lo estaba torturando. Hugo dudó. Estaba por hablar cuando sonó otra vez el celular de Piñango: «Hola amor mío, sí, dale, venite que te preparo el pollito, por supuesto, sí.» De inmediato cortó y volvió a reír y a hablar a los gritos:
—Era mi hija, che, la mayor, un sol, viene a comer conmigo todos los jueves: es un bocho, anda en esas cosas de informática ¿viste?, entiende un montón; ¡já!, ella siempre dice que mi vida se compone de simultáneas y sucesivas vidas más chicas, viditas, les dice, «tus viditas cumplen el proceso de toda vida; cada una de ellas nace, crece, se reproduce y muere; así unas tras otras», claro, como mis espectáculos, yo digo que hago un salpicón, salto de acá para allá con las historias, con los chistes, como en la vida, ¿viste?, porque uno no piensa en forma prolijita, ordenada, no viejo, en la vida no es así y en la cabeza mucho menos, saltamos de un lado para el otro continuamente, un caos, una ensalada, un cambalache, llamalo como quieras... cualquier cosa puede distraerte, llevarte a otro lado para después volver, ¿viste? o no, capaz no volvés, ¿y qué? —Rulo, sin dejar de hablar, hizo un gesto al mozo con la botella vacía para que le llevara más vino— te dispersás, te dispersás, hasta los más estructurados tendrán flor de kilombo en el mate y por eso se organizan, ¿viste?, porque les da terror que las cosas se les vayan de las manos, que salgan del cauce, que aparezcan los imprevistos, esos tipos odian los imprevistos… ¿a qué venía todo esto? ¡Ah, sí!, de lo que estás escribiendo vos, dale, contame algo… —Hugo dijo que lo único que tenía era el principio de una historia: un ejecutivo recibía una carta que le llamaba la atención una porque venía manuscrita, la abría, entonces el asunto era que podían desatarse muchas otras historias a partir de ese hecho, pero que todo se le complicaba porque se le ramificaba tanto que…
En medio de aquella explicación Rulo gritó: «¡eh, Cacho, acá!», se dirigía a un hombre muy alto y corpulento, cincuentón como ellos, que acababa de entrar, envuelto en un sobretodo marrón; el hombre hizo un gesto y se acercó a la mesa:
—Vení Cachito, te presento a Hugo, un amigazo, nos conocemos de toda la vida. Cacho es un colega, un verdadero artista —dijo esto dirigiéndose a Hugo y remarcó con énfasis la palabra verdadero—, es mimo; tiene que laburar en las plazas, ¿viste?, a la gorra… un capo, no se puede creer este tipo, con ese cuerpazo, parece torpe y es de goma…
—Aflojá, Rulito, dale que acá el amigo te va creer…
—¡Pero claro que me va a creer! ¡Si digo la verdá!
En aquel momento los ruidos y el barullo en el bar alcanzaban su apogeo; los mozos parecían gritar todos al mismo tiempo, un chico de no más de nueve años repartía estampitas por las mesas a toda velocidad hasta que el encargado lo echó con mirada amenazante; los bocinazos retumbaban en los vidrios, algunas personas no encontraban mesa disponible, el incesante clác clác de la máquina de café expreso no tenía pausa, los mozos destapaban botellas de gaseosa, pasaban trapos, servían más y más café, retiraban una bandeja, retenían un pedido, cobraban la cuenta, indicaban a un cliente cómo llegar a la calle Alsina, le alcanzaban a dos policías un paquetito con sándwiches…
Cacho se acomodó en la silla, algo encorvado, con expresión entre triste y melancólica; con sus enormes dedos desenrolló un papel y leyó en voz alta:
—12, 00, 34… les vengo jugando todos los días en todas las quinielas, pero no pasa nada. Por ahora no me salvo.
—Ya te dije que dejaras de tirar la guita al pedo, che, con lo que cuesta juntar el mango, vos todos los días la revoleás en la timba. No sirve. Es para los giles.
—Ya sé, pero al menos está la ilusión…
—Acá el hombre es escritor, tiene una historia que me la estaba contando casualmente cuando entraste, ¿no es cierto Huguito?, va a dar que hablar ese libro. —Otra vez sonó el celular de Piñango: «¿Ahora, tiene que ser ahora? bue… ahí voy, aguantame diez minutos». —Disculpen muchachos, los voy a atener que dejar. Después te llamo, Cachito. Un gustazo volver a verte Hugo, tomá, de tejo mi tarjeta, ¿viste? por cualquier cosita.
Rulo dejó dos billetes bajo el vaso de vino, «esta vuelta la invito yo», se fue a los saltos, desmañado, resuelto otra vez con gesto serio y alerta, listo a enfrentarse con los de allá afuera.
Unos minutos después Hugo saludó a Cacho y salió del bar, se metió las manos en los bolsillos, se subió las solapas del saco, empezó a caminar a paso lento y volvió a hundirse en sus pensamientos.



Correo de lectores

Implosión (carta publicada en Junio de 2011)

Por ajustarse a diversas situaciones a narrar, «El dedo en la llaga»; «De eso no se habla»; «Sucesos y pesadillas »; «Vergüenza ajena»; «El gato que no fue maula»; «Nunca es demasiado tarde, fueron los primeros nombres que se me ocurrieron para presentar las siguientes inquietudes que, sin dar respiro, me dieron vuelta. Aunque la solemnidad es un don del cual carezco, en esta ocasión la falta viene fenómeno. Será mejor distender el texto. Al final de cuentas no sólo se irán desesperaciones, albergarán una luz al final del tubo destellante. No porque dicen que así se anuncia la muerte que sin dudas andará presidiendo todo, sino por la esperanza de colocar una especial aguja en el pajar del futuro pesaroso que siempre abrumará. Aunque me suene mal por tratarse, apenas, de mi propia experiencia ante tanta desventura ajena, opté por llamarlo Implosión.

Se ajusta a la verdad. Así fue. Estallé por dentro, y precisé de varias horas para que el inicial revoltijo de tripas y corazón dieran espacio a la razón.

Y luego a la esperanza.

Que el dedo en la llaga causara su efecto removedor. Los detonantes, en emoción pura, fueron el periodista Alfredo Leuco en el programa del 1 de abril, que se trasmite por radio Continental y conduce Fernando Bravo, y a continuación una nota hecha a un veterano de guerra que fue realizada por los mencionados y el resto del equipo. La consecuencia fue que mi viaje por la ruta 11 (algo más tranquilo por carencia de radares) debió ser interrumpido por el alboroto creciente que requería de algún descanso. Un poco de paz. El choripán de pan de campo, sin miga, ni siquiera recibió el habitual rocío de chimichurri. Indemne, demostró haberse pedido por inercia. Su «salvación» dio testimonio de que la prioridad era otra. Digamos que el pensamiento…

También podría dar fe, acerca de la abstinencia, la amable dueña del lugar que me preguntó «si me sentía mal» y no supe qué contestarle. Cómo explicarle el click. Cómo contarle que recién había escuchado detallar una serie de cosas que durante años en la intimidad me salpicaron confusas y, por no poder precisarlas, nunca las ordené ni tampoco expresé. Cómo decirle que en las horas interminables de charlas de café que llevo consumidas (de aquellas típicas que cuando por fin en la madrugada encuentran su final sin llegar a conclusión alguna, igual -y sólo servirán como resorte para la similar noche siguiente), jamás se tocó el tema de Malvinas con cierta profundidad. Apenas adjetivos condenatorios. La guerra etílica y nada más (Como descargo para los contertulios, puedo afirmar que resulta muy difícil analizar un disparate. No un despropósito, detrás la intención existía). Aunque sé que igual no alcanza como justificación, la verdad generalizada era que salvo en misas, recordatorios o discursos, de eso no se hablaba. De eso no se habla. Sí recuerdo que durante dos noches de ésas sin final, apareció el tema. En la primera de ellas, de manera tangencial, como de rebote: Estábamos divagando -mucho más no se podía esperar conforme rutina y protagonistas- acerca de los cantos de sirena. Cantos de sirena vapuleados y ponderados. Los unos y los otros tenían mucho que decir y defendían sus posturas con particular entusiasmo. Como si quisieran anticiparse al fin del mundo que ya estaría por ocurrir. Con urgencia ¡Había que definir las bondades -o no- de los cantos de sirena! Sin embargo, la algarabía típica que predomina cuando se discuten cosas que no importan y todos lo saben, la diversión, ¿intelectual?, fue abruptamente cancelada. Teófilo, impostando la voz como para que sonara ajena - como de la mesa de al lado tal vez- con algo de temor y mucho de disimulo, al pasar, decayendo en decibeles el tono de voz en sostenido degradé a medida que avanzaba la frase, simplemente dijo: -Cantos de sirena. Como Las Malvinas, ¿viste? Luego de que sucediera uno de esos silencios que no son mensurables a ciencia cierta, Giovanni

(es el día de hoy que no sé si pretendió retomar el pelotudeo o, imbuido con la cuestión de las habitantes de los océanos, se mandó una metáfora náutica en parecido sentido), dijo: -Cuando sopla mucho viento hay que saber arriar las velas. Si dejás la mayor puesta, es posible que termines boludeando por el espacio. Para siempre. Y nada más. En ese momento me pareció que Gabriel quiso acabar con el tema. Sin gesto, sin ademán, sin rictus, monocorde, dijo: «Basta por hoy. Ya es tarde.

Mañana hay que levantarse temprano. Tengo una fija en la primera de San Isidro».

Al día siguiente confirmé el diagnóstico sobre la verdadera intención. El matungo llegó a 12 cuerpos del anteúltimo y sólo lo jugamos nosotros.

La otra vez que escuché alguna referencia (mucho más concreta como se verá) fue al comienzo de un fin de semana «largo». Gabriel que recién llegaba a la mesa, comentó indignado: -«¡Cómo puede ser que sigan dando la serie «Combate» por televisión. Es una afrenta al buen gusto!» Los presentes, cinéfilos todos, naturalmente estuvieron de acuerdo sobre las calidades. Yo también agarré para el lado del género y dije: -«Hay películas de guerra buenas... Apocaliip…» Interrumpiéndome, la respuesta de Gabriel enseguida puso en evidencia mi error de interpretación: -«Pelotudo. No hablo de cine. Es por la guerra. Inhumana por donde la mires. Se necesitaría un árbitro. Que resuelva quien tiene razón y listo ¡Gana!» Pretendí tomarlo para el churrete: -Llámalo a Fabio Serpa que te consiga un referí Marciano. O tal vez mejor de Saturno. ¡No me vengas con organizaciones mundiales. Todas son políticas y defienden intereses…! Además el tráfico de armas... No sé si Teófilo salió a apoyarme cuando dijo: -«Lo mejor es que se junten los Presidentes y tiren la moneda. Cara o seca... y a otra cosa».

Empero la cosa venía en serio.Gabriel, más que ofuscado, nos dejó con la boca abierta y el corazón latiendo por demás. Después de golpetear la mesa, casi a los gritos, en tono de reto se explicó -Hoy debería ser como para muchos eran antes los Viernes Santos… luto y recogimiento... ¡qué feriado ni feriado! Las rutas están llenas de gentes que se van de joda. ¡algo de respeto señores! Para todos aquellos que sin ton ni son pusieron el cuerpo ¡y así quedaron!» Los que pudieron zafar... claro. Recuerdo que miré el almanaque -2 de abril- me agarré la cabeza. Fui desconsuelo, vergüenza, estupor, impotencia, sorete. Como la garganta era un solo nudo, apenas pude asentir con la cabeza cuando Giovanni, ampliando el concepto, avaló a Gabriel -«La verdadera efemérides que merece un festejo fue el día que terminó todo».

Acto seguido, sin pretender dorarle la píldora a Gabriel, consustanciado de veras y tal vez incorporando al inconsciente la semilla que hoy germinó, perfeccioné la idea: «Los sucesos terminaron para todos. Pero para los que pusieron el físico, la mente, el corazón, el alma, continuarán como pesadillas irreversibles». Algo mejor, iniciado el proceso de elaboración de lo recién escuchado, de los recuerdos mechados y de mi propia conducta, quise pagar. Sin embargo, la señora que me atendió -por su proceder deduzco que era la dueña- nada de adición, sólo me trajo un vaso de agua. Dijo que se me veía pálido, seguramente con algún problema, y por eso no había comido ni bebido. Como típica e inevitable consecuencia de un almacén de campo, casi en la nada, donde a cada cliente se lo pretende como oreja, agregó algo sobre su soledad por reciente viudez, el posible cierre del negocio, y algún bocadillo proselitista para las próximas elecciones. Omito la referencia puntual porque el candidato sugerido está en las antípodas de mi pensamiento, pero, más allá de la fantástica actitud de la patrona y de la comunión inmediata entre ambos, rescato -debo hacerlo la escasa importancia que tienen opiniones diferentes ante la grandeza que se consigue cuando las sensibilidades entran en sintonía.

Como había olvidado las llaves del auto sobre la mesa regresé a buscarlas. Esa segunda vez me despedí con un beso. Consciente de mi desconcentración, como piloto manejé con mucho más cuidado que el habitual. Como resulta fácil de suponer a esta altura del relato, tenía la cabeza revuelta por sensaciones que partían hacia todos lados. La única constante que reaparecía kilómetro a kilómetro era de eso no se habla, mezclándose con los horrores de la guerra que no vale describir. De ellos han dado escalofriantes detalles tanto la literatura como la numerosa filmografía donde los menos malos varían tanto como las diversas geografías. Lo mismo ocurre con las dramáticas vivencias de los protagonistas, y también sobre las físicas y síquicas consecuencias posteriores. Acerca de varias de las cuales, seguramente, coincidirán siquiatras, sociólogos, médicos, sicólogos, y hasta antropólogos, por más que pertenezcan a las escuelas más contrapuestas. Prefiero concentrarme para gambetear el manoseado concepto de que la realidad supera a la ficción, pero no puedo. Es así, la imaginación nunca dará para tanto... Varios de los participantes del programa radial –increíblemente también el veterano de guerra narró que a varios de sus compañeros les sucedía lo mismo- confirmaron el silencio colectivo que hoy, apesadumbrado, tildo de irrespetuoso para los que fueron. Los del garrón, los que sufrieron y sufren sin pausa. El escuchar que ni siquiera los protagonistas -en verdad sólo partenaires por diferencias en el armamento, entrenamiento, equipos, etc.- hablaban del tema, enseguida me hizo pensar que si la cuestión nunca fue charlada lo suficiente, era imposible que fuera comprendida como para buscar definiciones sobre lo único que -apenas- puede ser mejorado: Compensar en la pequeña parte que resulta posible y poner en el sitial más alto de la deuda interna a los veteranos de guerra. Los mismos que ante un reclamo -obvio que muy justo- a una sociedad que enfrenta «piquetes» de todo tipo y colores, además de todo deben sufrir la indiferencia colectiva. Incomprensión con mayúsculas que no se justifica aunque en muchos casos sea provocada por una especie de pudor. Suerte de vergüenza ajena que a veces deviene en conductas despreciables. Mecanismos incorporados por muchos que me ponen los pelos de punta, y durante ese cosquilleo revivo aquella mañana en Provincia Unidas y General Paz donde se estaba reuniendo un grupo de veteranos de guerra y desde un colectivo varias voces les gritaron: ¡Vayan a laburar! Amargado por el recuerdo regreso al programa radial de marras donde el veterano contó que durante un combate nocturno su sargento quedó herido sin resguardo y, tirado en el piso, intentó tomar el arma que se le había caído. En ese momento un disparo le atravesó la mano que procuraba asir al fusil. Sucedió que el tirador lo consideró tan solo un adversario y no lo quiso matar. Tal vez simplemente por profesional, buen tipo que quiere evitar sentirse el gato maula jugueteando con el mísero ratón. O quizá por un rasgo inferior de humanidad: aquel que proviene de la soberbia de saberse inmune, cuando le parece que le tiran con hondas...

En forma instantánea recordé a Ricardo Piglia -Blanco Noctur no- cuando cuenta que dos de los protagonistas de la novela, recorriendo en camioneta un campo por la noche con su potente busca huellas «enfocan a una liebre que queda paralizada; blanca; quieta; entregada; atónita; una aparición en el medio de la oscuridad que, bajo el haz de luz, es tan solo un blanco en la noche» y hace una llamada al pie de página referida al diario de The Guardian que dice: «... los soldados ingleses estaban provistos de anteojos infrarrojos que les permitían ver en la oscuridad y disparar sobre un blanco nocturno...

Como una cabeza revuelta da lugar a que la fantasía la recorra con velocidad propia de la fórmula 1, me ocurrió que partiendo de una miscelánea sobre la vida de Clarice Lispector, hecha por Juan Forn y publicada en El Chasqui, donde aparece una de esas simpáticas frases de las cuales uno se apodera y seguramente -sin intención a lo largo de la vida de alguna manera la plagiará («...a los 22 de casó con un diplomático y estuvo 20 años cumpliendo ese triste papel»), pasó que, como no podía ser de otra manera dentro del lúgubre alboroto mental, me apareció «20 años no es nada» y entendí que no sólo 20 años no son nada como para ir a combatir, tampoco son nada para olvidar los diversos -puntuales y difusos- escozores -terremotos- del alma que reaparecerán en réplicas perennes. Atroces vivencias que imprimieron en los ojos de los protagonistas, el sino común de lucir para siempre miradas envejecidas.

Trascartón me vino a la cabeza una escena donde el bueno de Schindler, desesperado por considerar que su lista de salvados pudo haber sido mayor, es consolado por su interlocutor que le dice: «el que salva una vida salva al mundo entero», y entonces pensé que aunque incierta, exagerada, como imagen la frase vale y se ajusta. Por eso, salvando las distancias claro, la parafraseo como introito de lo que se me ocurrió como probable realizar: «El que mejora las condiciones de vida de alguien...» Por todo, considerando que por tratarse de una guerra perdida antes de empezar, con todos los elementos descriptos –naturalmente muchísimos más- ya a la altura del peaje tenía claro que algo hay que intentar. Que hacer. Que nunca será demasiado tarde para atenuar -sólo atenuar, más es imposible- las trastocadas condiciones de vida de los sobrevivientes. Pésimas en todos los casos, aunque algunos pudiesen reconstruirlas evitando, escapando, rodeando, finteando, las consecuentes sombras fantasmales que contumaces se reiterarían, por haberle puesto tanto el culo a la jeringa. A partir de allí, lentamente, salí del caos cerebral, de la desesperación que me acompañó tantísimos kilómetros,

y acuciado por la intención de rendirle honores a la bandera argentina que en la franja blanca luce la silueta de las islas y ondea -entre otros sitios- en la rotonda de ingreso a Mar de las Pampas; comencé a pergeñar una difusa idea. Que fue tomando forma con alguna celeridad. Me ayudaba tener en claro a quién favorecer. Mejor dicho, a quién intentar mejorarle su calidad de vida. Era así, porque como dijese algunos párrafos atrás, considero que el sitial más alto de la deuda interna lo ocupan los veteranos de guerra. Sé que puede sonar injusto para todos aquellos que enfrentan la vida con sólidas creencias hacia la sociedad, pero entiendo que las vidas de los conscriptos -fuesen como fuesen- fueron distorsionadas para siempre a partir de un inescrupuloso plumazo. Después el frío, los vientos, las alpargatas, el hambre, la prisión, las heridas, las tumbas, el fondo del Atlántico… En fin, la muerte y sus sombras.

Tal vez para afirmarme, para no sentirme solo ni tampoco un exagerado en cuanto a la deuda, fue que releí una joyita escrita por Flavia Pittella en su crónica sobre su concurrencia a un homenaje, que hasta me produce envidia por no saber decirlo como lo hizo ella. Dice así: «Nombra, por orden de prioridad -el protocolo se conoce- a las autoridades provinciales, municipales, eclesiásticas. De pronto, saluda el locutor a los soldados de Malvinas. Cerrado aplauso. ¿Qué será que hace que los aplaudamos tan así? Yo me pregunto. Pregunto a mí misma, a mis aplausos. Mis únicos aplausos hasta ahora. ¿Qué aplaudo yo? ¿Qué aplaudo cuando aplaudo a los excombatientes de Malvinas? Aplaudo la valentía, la garra. Aplaudo para borrar con el aplauso la indignación.

Aplaudo para hacerles saber cada vez que no olvido, que no olvido. No me olvido de nada. Ni de las calumnias, ni de las tardes tejiendo cuadraditos en el Normal Nro 1, ni de la única carta de las miles que escribimos que tuvo respuesta. Todas juntas en el salón de actos y mi amiga Silvina (la privilegiada) leyendo la carta de un soldadito que nunca volvió. No olvido. Aplaudo y en el aplauso pongo cara a mi nombre y digo con el aplauso: yo no quería. Yo tenía 14, perdón. No quería la guerra. Éramos muchos los que no queríamos chicos, perdón. No fue tan así que fue un pueblo, perdón. Mi aplauso grita y pide perdón». El recuerdo hizo -tal vez por no sentirme solo en el sentir- que rápido, como si me lo dictaran, tomara forma la idea, el proyecto. La ilusión. La celeridad fue hasta lógica.

A partir de tener en claro que la calidad de vida a cambiar debía ser la de un veterano de las Islas, me apareció el elemental derecho a tener una vivienda digna. «Cuánto se necesita», me dije; $ 200.000 me contesté; «Huy», me asusté… Pero por suerte seguí adelante y pude comprender que una gran colecta entre las fuerzas vivas -residentes, hoteleros, comerciantes- de Mar Azul, Las Gaviotas y Mar de las Pampas, para que con los fondos recaudados se compre una casa para algún veterano de guerra sin vivienda, no era inviable. Muy en bruto, en borrador, sin constituir una única posibilidad, calculé que se necesitaban 200 personas aportando $ 1.000 y lo consideré muy probable. Hasta le puse pomposo nombre: «Impuesto Moral al Desagravio» que esta vez tendría la suerte de que los fondos fuesen aplicados por los propios tributantes. La manera de desarrollar el proyecto sería juntar las primeras voluntades, y con ellas formar una organización que fije los modos de trabajo y también las formas de asegurar la transparencia de la gestión. Creo no pecar -al menos en este caso- de delirante. Ocurre que por más mala prensa que tenga -a la que adhiero por quiénes y cómo fue utilizada- no puede ser negada la verdad que encierra la frase: «La solidaridad es un gesto» y de la cual, en los últimos días, como consecuencia de horas y horas de trabajo, de aportes, de esfuerzos, fue inaugurado el campanario de la capilla de Mar de las Pampas. Sueño que como el que en estas páginas desarrollo, fue iniciado desde la nada, y encarado por un grupo de gentes -sé de varios, pero no los menciono para no ser injusto con otros- que consumieron su tiempo en reuniones y dimes y diretes, en Amorinda. Tan plausible fue la idea de hacer, que yo - por los demás- aunque de la iglesia me importa tres pitos, terminaré colaborando de alguna manera... Esa obra, ese suceso, seguramente servirá para reconfortar espiritualmente a los fieles. Estoy seguro de tal sentir (Yo ya estoy reconfortado simplemente por exponer una idea capaz de cambiar alguna de las vidas con las cuales toda la sociedad está en deuda).

Confío que el mismo premio emocional y comunitario lo tengan 200 personas de la zona (también el sueño que, de concretarse el proyecto, sirva como «material de exportación» y -por exitoso- se reitere luego en otras comunidades). Ya en la rotonda de Valeria era otro. Paré al lado de la YPF y me comí una par de choripanes con sendos tintos. No era mi día. Lo que pudo ser un final feliz lo complicó la caminera y el alcoholímetro. En los próximos días tengo que ir a buscar el auto al corralón... Como notará Sr. Director la presente carece de firma. Pretendo evitarla con doble intención. La primera que nadie sea el dueño del proyecto, la otra que -ya que está tan de moda invocarla- se la aprehenda como «cuestión de estado» de la zona, y todas la fuerzas vivas trabajen, en conjunto, y al margen de circunstancias previas que puedan haber generado algún antagonismo. Nada será insalvable si a la frase de Ortega le agregamos una palabra y entonces queda «Dolidos Argentinos, a las cosas». Sabedor de su perfil bajísimo, le pido disculpas porque El Chasqui deberá ser el receptor de las adhesiones de todos aquellos primeros militantes que quieran dar las puntadas previas para provocar una reunión fundacional.

Agradecimiento

En la madrugada del día 10 de julio, a causa de un paro cardíaco falleció la Sra. Estela Ferré de Chávez, esposa y compañera de vida, por más de 40 años, de Rubén Chavez, vecino muy querido en Mar de las Pampas. Los amigos más cercanos quisimos aprovechar este medio para AGRADECER PROFUNDAMENTE por el apoyo y la ayuda brindados a Rubén en este difícil momento. Sobre todo por el hecho de que no contábamos con los medios económicos para despedir los restos de Estela, de manera decente y como ella lo deseaba. A raíz de esta inmediata necesidad salimos a golpear puertas y a hacer una colecta solidaria en la comunidad, sorprendiéndonos y emocionándonos por la respuesta positiva de la gente. (Fueron muchas las personas que no conocían de quién se trataba, y aún así prestaron su ayuda desinteresadamente) TODOS COLABORARON, cada uno con lo que pudo y como pudo, mucha gente también nada menos que por el «estar» en cuerpo presente, acompañando en el compartir una charla, un mate, en prestar un oído, algo tan necesario...
Las personas que donaron su ayuda fueron más de 100. ¡¡¡GRACIAS PROFUNDO PARA TODOS ELLOS!!! Nos reconforta y emociona saber que aunque no todos nos conocemos podemos decir que comprobamos que en Mar de las Pampas la familia también son los vecinos... que somos pocos pero contamos unos con otros ....
¡GRACIAS!

Mariana Rosas

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Por Malvinas I

Sr. Director:

En mi condición de turista intermitente de Mar de las Pampas me dirijo a usted a raiz de la carta «Implosiòn» que trata sobre las Islas Malvinas. En verdad a mi me ocurió lo mismo que cuenta haber sentido su redactor cuando escuchó al Sr. Leuco. Me emocioné. Entonces, favorecido por la carencia de firma que me quitó el primer tufillo propio de año electoral, y también porque mis constantes visitas al lugar, por sobre la arena, el mar y el bosque se deben a las cálidas particularidades de sus gentes, adhiero al propósito. Por razones de distancia y aunque me gustaría que no fuese así, sólo puedo participar con mi aporte económico según está planteado. Tiene mis datos para cuando se organicen.
Lo saludo atentamente


José Luis Aragno
Uruguay 856 2º «6» (C1015ABR)
Buenos Aires - Argentina
of +54 11 4812 0912 - 4813 0730
mov +54 9 11 4160 7191

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Por Malvinas, II

Señor Director

Hola. Soy un argentino que reside hace un tiempo en Camboriú, Brasil, pero que, hace unos años tuvo la fortuna de vivir y trabajar en ese maravilloso bosque al cual ansío volver. De aquella época me han quedado algunas costumbres y amigotes. De éstos prefiero no hablar. Ya lo dijo Groucho Marx: «Jamás pertenecería a un Club que me admitiera como socio». Como otra costumbre que conservo es la de juntarme con El Chasqui, por ciertos detalles he creído reconocer en un correo de lectores (sin firma), el estilo de alguien a quien tuve el placer de frecuentar no poco. Me parece un excelente comienzo lo de la «política de estado» que propone, por poder resultar superadora de los kilombos aldeanos que en varias ocasiones me tuvo de enfervorizado actor. Hay causas que justifican el borrón y cuenta nueva...
Pues bien, lembranças aparte, estoy de cuerpo y alma consustanciado con el proyecto de Malvinas. Les cuento lo que fue (y sigue siendo) Malvinas para mí. Yo tenía un primo, Sergio Carballido, hijo de un hermano de mi papá. Sergio fue a Malvinas con el 7 de Infantería de La Plata... y allá quedó. Tenía 19 años.
A los pocos meses murió mi tío Mario, su papá. No se supo de qué. No hay forense que escriba «tristeza» como causa de muerte.
Mi tía Hilda enloqueció por las dos pérdidas y anda aún por el mundo confundida. Una mañana, a finales de los 80, estaba barriendo la vereda cuando llegaron dos oficiales del Ejército con una placa y un cheque. Nadie supo cuál era el monto del cheque. Mi tía los corrió a escobazos diciéndoles que, si algo le querían traer, que le trajeran a Sergio.
Apenas una historia de las tantas que andan huérfanas del escritor que se les anime.
Vivo aquí, en Camboriú, hace un año ya, pero no dejo de ir a mis pagos de tanto en tanto. Allá me esperan mis hijas, mis nietos, mi vieja que ya pasó los 90 y El Chasqui. Quiero saber cómo puedo hacer efectiva mi ayuda. No sé si me podré llegar hasta la Costa, pero, seguramente, alguien habrá cercano a Capital para contactarlo. No sé si este correo será publicado. Uno frecuentemente tiene la vana pretensión de creer que es justo y merecedor de consideración, pero... ¿se imaginan lo que sería la concreción de este sueño?¿lo que significaría para el beneficiado y para Mar de las Pampas, Las Gaviotas y Mar Azul?
Nada sería más agradable para mí que leer en los sucesivos números de El Chasqui que el proyecto va tomando forma y que cada mes se acrecienta el número de aportantes. Juan Pablo y Gloria, reciban desde aquí el cariñoso saludo de este ex-vecino y ¡adelante con el proyecto!

Horacio Carballido
alladodelmar@gmail.com
PD: Si quieren escribirme, serán bienvenidos. Acá es todo muy lindo, pero... «tem saudades»

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Por Malvinas III

Sr Director

Ante la magnífica idea que surge de la nota aparecida en su prestigioso y «queridísimo» periódico El Chasqui (NdelaR: se refiere a la carta de un lector y vecino que bajo el título «Implosión», publicada en junio, propone que la comunidad de Mar de las Pampas se reúna para lograr la construcción de una casa para un ex combatiente de Malvinas) cumplo en informarle que estoy totalmente convencido de que esta idea ha de ser concretada como tantas «utopías» que en esta maravillosa localidad hemos logrado llevar a cabo. Coincido que la responsabilidad ciudadana debe ser llevada a la práctica en estas cosas, que al ser el resultado de un esfuerzo grupal dejan de ser pequeñas para ser importantes y sobre todo trascendentes. Así mismo me pongo a su entera disposición para colaborar con en tareas prácticas u operativas que lleven a feliz término esta maravillosa idea.
Sin otro particular aprovecho la oportunidad para saludarlo y enviarle un fuerte abrazo.

Arq. Rodolfo E. Ravier
DNI 10.754.737

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Agradecimiento, II

Me resistía a venir a Mar de las Pampas, argumentando que no quería «empañar» tanta alegría y felicidad que había en esta maravillosa casa donde me invitaban a quedarme; pasaba entonces por la triste etapa de una separación muy dolorosa. Pero cuando la casa quedó sola llegué, ¡llegué y quedé maravillado!, en ella encontré calidez, paz, el desorden propio de la gente que vive muy feliz y una energía arrolladora de la más pura y exquisita armonía, que seguramente dejan todos los amigos y amigas que la visitan; cada rincón de esta acogedora casa tiene un recuerdo... una historia... y una anécdota que seguramente se podrá repetir una y otra vez. Llegaron los «miércoles de machos», al principio fui testigo mudo de estas charlas a corazón abierto, donde cada uno de sus integrantes me fueron dando su generosa amistad, unos prestándome el oído con mucha atención e interés para escucharme repetir una y otra vez mis lamentos monotemáticos; otros, dándome la tranquilidad de no preocuparme por nada, que ellos respondían por mí, otros integrándome como un amigo más de toda la vida, tomando un café y alguno también empujándome, al abrazarme, diciéndome bajito en un tono abrigado de esperanza «ponete media pila». Llegó el invierno y con él... llegó el amor, trajo música, muchas risas nuevas, alegría, charlas, también a corazón abierto, piropos y miradas de una intensa profundidad que sólo tienen un destino: el alma. Esta casa con su energía, su calidez y su encanto fue cómplice de esta maravillosa historia de amor que vivo hoy y no es la única historia, fuimos muchos los que salimos «curados» y contagiados de la dicha y el amor que transmite esta bella y alegre casita en un rincón de Mar de las Pampas.

Juan Manuel Giménez

P.D: Juan Pablo, no voy a olvidarme nunca cuando me dijiste «pará de sufrir y venite. Y de Gloria cuando me dijo: «mirá que si no está Juan Pablo y estoy yo podés venir igual» Gracias, muchísimas gracias.

Urbanismo y construcción

Color y arquitectura

Los colores juegan su papel en el curso de una vida, cada color tiene su importancia y los colores en su conjunto ayudan para asegurar una vida normal, por ello no nos equivocamos al decir que el estímulo creado por un color específico responde al organismo entero, según un esquema la visión constante de unos colores que luchan entre sí, o la de un esquema de colores discordantes con el sentimiento o gusto, puede producir los efectos deplorables en nuestra constitución orgánica; en fábricas y oficinas se ha comprobado que reduce la eficiencia del operario, burócrata o técnico y aumentan el ausentismo, y en los hospitales y en clínicas actúan agravando o retardando la curación de las dolencias.
La ambientación de los lugares de trabajo debe responder a normas que van mas allá de lo puramente decorativo, se debe proporcionar un ámbito que dé al trabajador una sensación de calma, que facilite su concentración en su tarea y estimule su eficiencia y rendimiento en la misma.
Para conseguir situaciones óptimas deben considerarse la calidad de la luz (natural o artificial) y la reflexión que esta otorga a las superficies coloreadas evitando así los efectos de deslumbramiento.
El verde es un color muy empleado en ambientes industriales combinado con tonos azules. Sugiere tranquilidad, serenidad, da descanso a los ojos de quienes trabajan en interiores.
Un ambiente verde azulado, tiene buenas condiciones de reflectancia, pero aparece un tanto frío ante la luz artificial.
La temperatura del ambiente debe contrastarse para hacer más confortable psicológicamente el lugar de trabajo, por lo tanto, si la misma es elevada debe optarse por los colores fríos, (verde, azul) y elegirse tonalidades cálidas (durazno, marfil, crema) si se trata de temperaturas bajas.
A su vez las dimensiones del lugar pueden aumentar o disminuirse visualmente con el empleo del color. Un color claro y único contribuirá a agrandarlas, mientras que en el caso opuesto, una altura excesiva se atenúa dividiendo los muros en sectores horizontales, pintando el superior con un color oscuro que continúe en el cielorraso.
En lo referido al mobiliario y a los elementos de equipamiento al menos que ocupen grandes superficies, pueden seguir la tonalidad general. Los marcos de las ventanas y puertas si se los pinta con tonalidades más claras que la de las paredes disminuye el contraste que se establece con la luz que entra desde el exterior.
Un dormitorio requiere colores suaves y de descanso con poco contraste, mientras que un living admite más contraste, valores ricos y colores alegres.
Para que una habitación sea clara los colores deben ser claros, un matiz intenso podrá ser efectivo en cualidad, pero reduce notablemente la claridad de la misma, factor que debe ser considerado en primer plano.
En las habitaciones pequeñas no deben ser utilizados los colores cálidos, por la cualidad saliente de estos, tampoco en las grandes los fríos, porque éstos, por su cualidad entrante harán que aquellas parezcan mayores aún.
Cuando los ocupantes de una habitación son temperamentales o nerviosos, deben seleccionarse aquellos esquemas en los que tengan predominio la cualidad fría, y si por lo contrario, son muy sensitivos e introvertidos, serán los colores cálidos y estimulantes.
Los colores puros son siempre insoportables; un azul intenso es deprimente, un amarillo puro agobia y un rojo brillante crea la máxima excitación. Los suaves verdes, rosas, marfiles, cremas, oros, que sean claros y neutros producirán una sensación fresca, darán el toque, y crearán más el ambiente propio para la estabilidad emotiva.
El concepto del color ya no se considera como un simple valor estético o decorativo, sino como un medio para obtener los mejores resultados funcionales y de ambiente en un bien acordado ajuste con la luz, con los materiales y con las líneas.
Existe un empleo convencional de los colores, basado en motivaciones psicológicas, significados simbólicos o emocionales, indicativo de determinadas situaciones que pueden darse en ambientes de trabajo. Se utilizan entonces con fines de seguridad y si bien no sustituyen a las buenas medidas para prevención de peligros, sirven para identificar riesgos específicos si su uso está normalizado.
En señalización luminosa el rojo es el color más fácilmente reconocible, le siguen el verde, el amarillo y el blanco. El púrpura y el azul, son más difíciles de distinguir, pero en materiales opacos el amarillo es el color más visible, seguido del naranja.

En los exteriores y fachadas será siempre inconveniente la utilización de colores puros en su más elevada intensidad; éstos cuando son muy saturados, tienen un carácter de ingenuidad primitiva y son ofensivos para la sensibilidad. Los colores deben estar en relación con el ambiente, con la forma, con la región o localización del edificio y también con las cualidades estructurales y la sensación de peso, espacio y distancia; el color rompe toda impresión de monotonía. Los colores vivos, solo deben ser utilizados en superficies de pequeñas dimensiones y habrán de ser armonizados con los otros colores y tonos del conjunto.
El uso del color en la arquitectura de exterior no puede ser orientado por el deseo de crear una reacción psicológica impresionante; debe ser ajustado a las cualidades de la forma, a la que de él se quiera obtener, a las cualidades de uso o destino de la edificación y a la atmósfera climática local.

El color es el factor más positivo en la decoración de interiores, porque, como ya sabemos, por su simple acción se pueden aclarar habitaciones oscuras, atenuar el efecto deslumbrante de las muy iluminadas, reducir o ampliar espacios, rectificar proporciones, calentar piezas frías, refrescar las cálidas y dar vida a lo apagado y variedad a lo monótono. El color, aliado con la luz, es el más potente generador de descanso, confort y satisfacción; en la agitada y compleja vida de nuestro tiempo, donde el hogar es el oasis que brinda calma al espíritu, sosiego a los nervios y relajación al cuerpo físico.

Carlos A. Schifano
Arquitecto UBA

Información local

Noticias de la SoFo

Merienda en Mar Azul. El Centro Cultural de Mar Azul viene organizando, todos los domingos actividades para los chicos de la zona, que incluyen juegos y merienda. Oportunamente, el Centro solicitó «padrinos» para colaborar con el costo de estas actividades y el pasado 31 de julio, nuestra institución apadrinó la actividad y varios integrantes de la Sofo compartieron con los chicos una tarde muy entretenida. La obra que realiza este Centro Cultural en la zona es muy importante y requiere la colaboración de todos y todo lo que sea útil para equipar al Centro y para los chicos es bienvenido. Convocamos a vecinos y propietarios de complejos a donar equipamiento, mobiliario, juegos, libros, etc., que, siendo usables todavía, se descarten por renovación. Y si no pueden alcanzarlos hasta Mar Azul, nos avisan a la Sofo y nosotros los retiramos y los llevamos al Centro Cultural.
Actividades. Durante las Vacaciones de Invierno nuestra Institución organizó dos caminatas por el Sendero Botánico de Mar de las Pampas, con la guía de Mónica García, y una conferencia sobre las aves de Villa Gesell, a cargo de la guardaparque Rocío Salas, que se realizó en Cabaña Huinca. Estos encuentros tuvieron marcado éxito, con importante presencia de vecinos y turistas, quienes, a través de las explicaciones de las disertantes, aprendieron más acerca de la vida natural de Mar de las Pampas y la región.
Notas. Nuestra Sociedad de Fomento ha enviado al Municipio y a los medios locales notas referidas a un incendio ocurrido en un basural a cielo abierto, ubicado cerca de nuestra localidad, y a la Ordenanza 2406/11, que fija normas sobre los horarios permitidos para la realización de obras de remodelación y refacción. Las mismas las podrá encontrar en el blog de la Sofo.
Convocatoria. El próximo mes de octubre se llevará a cabo la elección de autoridades de nuestra Sociedad de Fomento, como indican las disposiciones vigentes al respecto. Oportunamente enviaremos a todos los asociados la información sobre este tema. Para cualquier información sobre el mismo, contactarse a través del correo electrónico de la Sofo.
Poda. Estamos en época de poda y arreglo de jardines. Si usted está realizando estas tareas y necesita que se retiren ramas y otros desechos propios de las mismas, solicite al Corralón Municipal, al teléfono 46-3531, el retiro de estos desechos de los espacios públicos. Recordamos también, que está prohibida la quema de este tipo de materiales, por la peligrosidad que esa práctica implica.
Caminatas. Siguen las caminatas por Mar de las Pampas. Un grupo de vecinos se reúne todos los miércoles, a las 14:30 hs., en La Pinocha (El Lucero y Santa María), para realizar caminatas de una hora de duración, por el bosque y la playa. Sólo se suspende por lluvia. Para consultas llamar al 479797.
Blog. Nuestra Sociedad de Fomento utiliza para la difusión de su accionar y de otros temas de interés general, el blog sofomardelaspampas.blogspot.com. En el mismo, podrá encontrar novedades para nuestra comunidad.
Para comunicarse. Las actividades que realizamos en nuestra Sociedad de Fomento son variadas y tienen su origen en proyectos o ideas de quienes vivimos temporal o permanentemente en nuestra localidad. Si usted tiene inquietudes de este tipo, para la mejora de cualquier aspecto de Mar de las Pampas, lo invitamos a acercarse a nuestra institución, estableciendo contacto a través de nuestro correo electrónico:
sofomardelaspampas@gesell.com.ar.

Hormigón en la playa

Después de muchas idas y vueltas, finalmente se aprobó por parte de la Justicia y del Consejo Deliberante la construcción de balnearios en nuestras playas (30 en total); pero lo novedoso de la cosa es el uso de hormigón/cemento como material de construcción, o sea es lo mismo que un amigo venga y te diga «¿Sabés una cosa?, empecé a fumar» y vos digas «Qué bueno negro, excelente noticia». Esta comparación es casi exacta porque ambas situaciones hacen que tengamos un futuro negro e incierto, o mejor dicho un «no futuro», esto con la salud y en el caso de una ciudad balnearia es suicida. También lo novedoso de esta vuelta al pasado es que no solamente se terminará con la parte sana de la playa urbana de Gesell, sino que las naturales y casi agrestes playas de Mar de las Pampas, Las Gaviotas y Mar Azul, que fueron motivo fundamental de un crecimiento único en nuestra costa bonaerense, por la creación de un polo turístico exitoso, tendrá que compartir el hormigón/cemento en sus playas; quiere decir esto que dentro de unos años las playas del sur serán también playas no aptas para el turismo como lo son ya y lo serán más aún las playas urbanas de Gesell. Es de locos pensar que un modelo que gobierna a una ciudad balnearia haga todo lo posible para asegurarse que su único recurso, su taxi, su remís, del cual todos dependemos, quede sin presente y sin futuro. Por eso creo que más que una responsabilidad de vecinos, es una responsabilidad de padres advertir este «no futuro».
Andrés Green
Fundación Amigos de la Playa

¡Qué basura es la basura!

El pasado 16 de julio, en Mar de las Pampas, cerca del límite noroeste de nuestra localidad, se produjo un incendio de gran magnitud (duró dos días) en un basural a cielo abierto, que fuera denunciado por la Sociedad de Fomento, a mediados de abril de este año, en nota presentada al Municipio.
Según el informe brindado por los Bomberos, este incendio fue intencional y su expansión y duración se debió al hecho de que en el lugar –ubicado a poca distancia de viviendas particulares– se está compactando el piso, echando arena y tierra sobre ramas y troncos. Esta particularidad del terreno provocó, varias veces, que el incendio que parecía apagado volviera a recrudecer, debido a las ramas y troncos del «subsuelo» del lugar, obligando a los vecinos a llamar nuevamente a los Bomberos, con los gastos en agua, combustible, movimiento de maquinarias y de personal del Corralón Municipal, entre otros, que esta situación trajo aparejados.
La magnitud de este incendio hizo que se presentaran en el lugar autoridades municipales, encabezadas por el intendente, acompañado por concejales y otros funcionarios del municipio, quienes fueron duramente interpelados por los vecinos por las evidentes negligencias que originaron este incendio. También estuvieron presentes varios vecinos de la Sofo, quienes llevaron packs de agua mineral a los Bomberos, para mitigar el esfuerzo que estaban realizando, lo que fue muy agradecido por los mismos.
Queremos recalcar, como lo denunció oportunamente la Sofo, que este lugar es, ni más ni menos, que un basural a cielo abierto, según las fotografías tomadas en oportunidad de la presentación realizada en abril a las autoridades municipales, y que la basura depositada allí fue la que, en primera instancia, originó el incendio, luego agravado por la particularidad del terreno «compactado» con ramas y troncos.
Es de señalar que, a pocos días de la denuncia efectuada en abril, personal del Corralón Municipal limpió el lugar, reparó el alambrado y puso un candado en el portón de acceso, colocando también carteles de prohibición de arrojar basura en el lugar, pero, según los vecinos, ese candado quedaba abierto de noche, posibilitando la entrada de camiones con basura para depositarla en el lugar.
El problema de la basura tiene numerosos protagonistas, desde ese vecino desaprensivo cuya casa no tiene cesto para residuos y que, sin ningún remordimiento, tira al vecino sus desechos, hasta el profesional de la construcción que no tiene implementado un adecuado tratamiento de los desechos de obra, pasando, según se comenta, por quienes hacen con la basura y otros desechos un pingüe negocio, al margen de las leyes y ordenanzas vigentes.
La Sofo ha realizado variadas campañas de información y denuncia sobre este tema, tanto a través de los medios periodísticos zonales como así también dirigiéndose a vecinos, colegios profesionales y al municipio, pero sabemos que esto no alcanza y que es necesario que todos los que vivimos en este lugar asumamos nuestras propias responsabilidades en este tema y que las autoridades municipales cumplan y hagan cumplir, con todo el rigor que corresponda, la legislación vigente.
Pensando en las consecuencias nefastas que la basura mal manejada puede provocar en el ser humano y en un lugar de veraneo como es el Partido de Villa Gesell (enfermedades, contaminación, plagas, disminución del turismo, etc.), convocamos a todos a realizar el esfuerzo necesario para que este problema sea prioritario y podamos resolverlo de raíz, antes de que se convierta en un mal incurable.

Sociedad de Fomento de
Mar de las Pampas

Un gran problema

Nos hemos ido aficionando a la adquisición de objetos útiles e inútiles, primorosamente empacados en envolturas extravagantes y costosas. Preferimos aquellos productos que vienen envueltos individualmente y con cubiertas poco o nada biodegradables o reciclables. Parece que nos encanta comprar bebidas en envases no retornables para evitarnos la molestia de devolver el envase para que pueda ser reutilizado en varias ocasiones. De tal manera nos hemos ido acostumbrando a ciertas comodidades que por momentos consideramos que son indispensables para llevar a cabo las tareas de nuestra vida moderna. Somos creadores de residuos a la enésima potencia.
Un buen manejo de esos residuos ayuda a combatir enfermedades. Para los investigadores de las enfermedades transmitidas por el agua o por el aire resulta relativamente sencillo conocer cuántos metros cúbicos de aire respira una persona, cuántos litros de agua bebe por día y cuál es el límite aceptable de un contaminante para el ser humano. En materia de desechos sólidos, en cambio, es más complicado establecer la relación directa con la salud, pues nadie come una cantidad específica de basura al día ni está en contacto con ella si no es por razones de trabajo, como los separadores de desechos. Se pueden, de todas maneras, identificar algunos daños indirectos: sobre todo la contaminación de acuíferos subterráneos y superficiales y la reproducción de vectores (rata, mosca, cucaracha) que transmiten enfermedades como la fiebre tifoidea, la diarrea, la salmonelosis, la rabia y el dengue. Se estima que cada habitante de América Latina produce entre medio kilogramo y un kilogramo de basura por día. O sea que una familia de cinco personas genera en un mes de 100 a 160 kilogramos de desperdicios.
En casi todos los países existen ejemplos aislados de una labor buena o aceptable en el tratamiento de la basura, sobre todo en las grandes urbes. Sin embargo, el panorama integral es menos alentador por las grandes deficiencias en las ciudades del interior. En muchos casos, el desconocimiento de los intendentes y concejales municipales, así como la falta de voluntad política sumado al desinterés de la población en general, hace que la situación se agrave contaminando el agua, aire, atmósfera y suelo además de que permite la proliferación de flora y fauna nociva, así como de las múltiples enfermedades que se trasmiten al ser humano al contacto de estos agentes. La basura en muchos municipios y ciudades de Argentina es un reflejo de sus habitantes y de sus autoridades. No sólo se trata del poco hábito por la higiene que mostramos en forma cotidiana, sino de los lugares que se eligen como destino final de los desperdicios. En los debates preelectorales, el problema de la basura aparece concentrado en la discusión de la limpieza. Cómo lograr retirar la basura de las calles y los domicilios es un debate que pasa del problema del prestador (concesión privada o servicios propios) al problema de la medición: si el pago de ese trabajo debe realizarse según la tonelada de basura, como sucede actualmente, o si debe hacerse mediante el reconocimiento de un canon por zona limpia. Pero la realidad es que la recolección es la parte menor del problema de la basura. Su fase crítica se encuentra antes y después de la recolección: en la producción y en la disposición de la basura.
La política en cuanto a residuos urbanos no ha cambiado demasiado desde tiempos inmemoriales. Puede resumirse en un único concepto: llevarlos a otro lado. Aunque las autoridades ambientales regulan la disposición técnica para el tratamiento de los desechos municipales, pocos son los municipios que pueden sufragar los costos de un relleno sanitario que cumpla con todas las normas de seguridad. La cultura del derroche debería ser poco a poco sustituida por una conciencia del mundo más amplia que abarque también a nuestros desechos. Para empezar, nuestro personal kilo diario de basura tendría que ir reduciéndose progresivamente a la mínima expresión mediante el consumo racional. Sólo cuando la ciudad imponga un precio a la recolección y a la disposición de la basura en el momento de su fabricación, ese costo se incorporará al precio de los productos, y cada uno de nosotros podrá actuar antes de producir la basura, o sabrá al menos cuál es el precio que está pagando por ese insensato lujo. Una política responsable y racional debería discutir estas cuestiones que están antes y después de la recolección de la basura.
Entendiendo la insustentabilidad ambiental y social de todo este sistema de producción y consumo, se ha desarrollado el enfoque de Basura Cero, que apunta a modificar el manejo que hacemos de los residuos, pero fundamentalmente a intervenir en la generación de los mismos, con el objetivo de promover prácticas como el reciclaje y la reutilización, que den lugar a flujos circulares de materiales, y también reducir a través de diversas estrategias la cantidad de residuos que generamos.

Elaborado por: Marcela Holobiuk

GACETILLAS

Día del niño

La Junta Vecinal 10 de junio les festeja a todas y todos los locos bajitos de nuestra comunidad en nuestra sede, el día del niño, el 21 de agosto en San Clemente entre 42 y 43 con juegos, juguetes, obras, pelotero, camas elásticas y muchas cosas ricas dejamos nuestros números de comunicación: 47- 9899 y el 47-3002; aceptamos cualquier donación, desde juguetes para reciclar, leche, galletitas, golosinas y todo lo que tenga que ver para que nuestros niños tengan un día diferente y en familia.
¡Los esperamos!

Junta Vecinal 10 de junio


Encuentro de las artes

*Objeto
· Inauguración: sábado 20 de agosto a las 17 hs. en Pueblo (Copacabana y 29 - Las Gaviotas). · Muestra: desde el 20 al 28 de agosto en Pueblo ( 29 y Copacabana - Las Gaviotas). · Horario de visita: sábados y domingos de 14 a 18 hs. Lunes a viernes comunicarse para concertar el horario.
Charlas-taller abiertas: domingo 21 de Agosto, 16 hs.
*Teatro Objeto «El Objeto en la Escena» a cargo de la artista Ana Alvarado (ex directora del prestigioso grupo El Periférico de Objetos).
Sábado 27 de Agosto, a las 14 hs.: *Taller de creación de tarjetas artísticas de intercambio (ATC’s) a cargo del grupo 4 Gatos integrado por los artistas y docentes Alejandra Bocquel, Fabián Zanardini y Norberto José Martínez. A las 16 hs.:
* Intercambio de ATC´s a continuación del taller.
También existe la posibilidad de acercarte al intercambio con tus trabajos listos, ya realizados.
Animate a participar.
Coordinan el VI ENCUENTRO: Elga Botto, Liliana Chernicoff, Mariel Galarza y Silvina Russo.
encuentro_artes@yahoo.com.ar
elencuentrodelasartes.blogspot.com
www.facebook.com/EncuentrodelasArtes
Declarado de Interés Municipal

Acerca de los balnearios y la vuelta del hormigón a la playa.

Villa Gesell, miércoles, 20 de Julio de 2011

Al señor Intendente de la Municipalidad de Villa Gesell, Don Jorge Rodríguez Erneta:
Nos dirigimos a usted por la presente, a los efectos de requerir de su parte la siguiente información ambiental, cuyo plazo estimamos de acuerdo a las normas vigentes del derecho a la información deberá evacuarse dentro de los 15 días de su recepción.
Queremos que se nos informe porqué se están construyendo nuevos balnearios en las playas que en el estudio de impacto ambiental entregado a la Municipalidad por la empresa Ambiente y territorio fueron declaradas zona roja, o sea, con erosión costera extrema. ¿Por qué, si la LEY GENERAL DEL AMBIENTE Nº 25.675 establece la reparación del daño ambiental en zonas degradadas, se continúan las concesiones y construcciones agravando la situación de estos sectores?
El Fiscal de Estado el Dr. Selagowsky presentó en el Juzgado Nº 1 de Dolores una Demanda Autosatisfactiva para que se dicte la suspensión de toda acción constructiva en el frente costero de Villa Gesell hasta tanto se resuelva la cuestión de fondo que es la protección de playas y dunas costeras. Queremos saber: ¿Por qué no se respeta este pedido del Fiscal de Estado que tiende a proteger nuestro hábitat?
También queremos saber ¿quién se va a ser responsable de los perjuicios que se ocasionen por el mal manejo de un ambiente tan delicado como nuestras playas? En soporte de esta solicitud invocamos la Ley de LIBRE ACCESO A LA INFORMACIÓN AMBIENTAL Nº 25831 y el Decreto Nº 1172/2003, en cuanto a la necesidad de mantener informada a la población, máxime en este caso, que tiene que ver con el derecho ambiental protegido por el Artículo 41 de la Constitución Nacional y reglado por la Ley Nº 25675. Por lo tanto, requerimos la suspensión de cualquier actividad en los terrenos públicos en zonas de playas, hasta tanto se dé respuesta a este petitorio. Saludamos respetuosamente.

Asamblea Ciudadana de Villa Gesell
En defensa del médano costero
endefensadelmedanocostero@gmail.com
www.endefensadelmedano.com.ar

Gacetillas de prensa de la Asamblea Ciudadana Villa Gesell en defensa del médano costero

Nos reunimos en el médano de la 310 y playa a las 10:30 hs. (del 17/7) para intercambiar propuestas de trabajo y contar lo sucedido en la semana. La Carta Abierta fue muy bien recibida por todos los candidatos para Intendente que se la hicimos llegar, ahora esperamos recibir las propuestas ambientales que tenga cada uno de ellos y saber si están de acuerdo con la creación de la Secretaría de Ambiente.
Sale la propuesta de entregar en mano el proyecto de Ley Provincial sobre ecosistema costero a todos los diputados que podamos y sus comisiones. Mientras tanto se seguirá trabajando regionalmente con el Proyecto Nacional.
Miembros de la comisión de Antenas y Basural asistieron a la Charla que se realizó en Pinamar sobre el tratamiento de la basura y su Municipalización. Se hará una nota aparte por lo interesante del tema y se mantendrá contacto con los disertantes del evento.
Las comisiones de Comunicaciones, Legales, Campamento y Tránsito informaron la trabajado en la semana. Se debate sobre el balneario que se está volviendo a construir con cemento en la 123 y playa.

El sábado 6 de Agosto la Asamblea Regional «En defensa del ambiente costero» se reunió en Villa Gesell para terminar de redactar en forma consensuada el proyecto de Ley de Costas Nacional, también se ajustaron unos puntos sobre la ley provincial que ya había sido elaborada en las anteriores asambleas regionales. De esto se encargó el grupo de Legales, los demás participantes trabajaron en la preparación de una estrategia para llegar con las leyes a las cámaras y a los distintos bloques de legisladores, también se plasmó la forma de trabajo futura y los objetivos de esta asamblea para trabajar en forma más coordinada.
Se acercó un grupo de vecinos del barrio de 115 y circunvalación de Villa Gesell para pedirnos colaboración en desmantelar el basural a cielo abierto que se encuentra allí instalado, ya que la gestión municipal no da una solución a este problema de años, la Asamblea de Villa Gesell se comprometió a participar de esta problemática y trabajar en un proyecto que sea de los vecinos del barrio para darle fin a este grave problema. Se los invitó a la próxima Asamblea Ciudadana a realizarse el domingo 21 de agosto a las 10:30 hs en el médano histórico de la 310 y playa para concretar las acciones a seguir.
A partir de las 16 hs. iniciamos la movilización con tambores y pancartas hacia el nuevo balneario de hierro y cemento en 123 y playa. Unos 200 vecinos participaron del repudio de esta insensata obra. En ese lugar se realizó una asamblea y se decidió continuar con acciones tanto de movilización y de concientización como de orden legal, ya se envió una nota al Fiscal de Estado firmada por varios vecinos junto con el artículo del diario Clarín del domingo 7 página 42.

La IX Regional se realizará el sábado 1 de Octubre en Pinamar. Y recordamos el XVI ENCUENTRO DE LA UAC (UNIÓN DE ASAMBLEAS CIUDADANAS) en QUIMILI - SANTIAGO DEL ESTERO del 19 AL 22 DE AGOSTO.
Asamblea Ciudadana de Villa Gesell
En defensa del médano costero
endefensadelmedanocostero@gmail.com
www.endefensadelmedano.com.ar

Ante lo solicitado por la Asamblea ciudadana en defensa del médano costero de Villa Gesell
Villa Gesell, 6 de agosto de 2011
Ante la solicitud de la Asamblea ciudadana de Villa Gesell en defensa del Médano Costero a los partidos políticos, de que se expresen con respeto a las políticas de protección del ambiente costero, queremos informar a los vecinos que valoramos altamente la formación de la Asamblea Ciudadana, como forma de democracia directa, de la cual forman parte muchos de nuestros militantes, por ser la defensa de la madre tierra una concepción de principios fundantes de nuestra organización. Así lo entendió Evo Morales invitando a 20 jóvenes del Partido Encuentro, a la cumbre mundial en defensa de los derechos de la madre tierra que se realizó en la ciudad de Cochabamba, Bolivia, siendo invitado por Villa Gesell Emanuel Miliavaca. El Nuevo Encuentro de Villa Gesell, se compromete si es gobierno y/o a través de su representación en el Concejo Deliberante y de sus militantes a:
1- Crear la Secretaría de Medio Ambiente, la cual formulará líneas de acción teniendo como prioridad la sustentabilidad de los recursos como el médano, la playa y el agua, garantizando un ambiente saludable para el conjunto de la población, a su vez coordinará acciones con otras secretarías con un enfoque en el que prime la prevención.
2- Crear la dirección de relación con la comunidad, donde las Instituciones de la comunidad y los vecinos puedan tener un vínculo directo con el Municipio,
3- Crear la norma municipal de convocatoria para las audiencias públicas con carácter vinculante, para resolver en forma participativa la ejecución de obras públicas y /o privadas que afecten el medio ambiente y el frente costero previa Evaluación de Impacto ambiental.
4-Municipalización de la recolección de residuos sólidos urbanos.
5- Erradicación y prohibición de basurales a cielo abierto.
6-Plan integral, de tratamiento de los residuos, reducción, reciclaje, reutilización y la reparación, como cultura ciudadana y generadora de trabajo.
7-Plan de infraestructura, para la retención de agua de lluvia y terminar con los desagües fluviales que erosionan la playa y facilitan el avance del mar hacia el continente
8-Plan integral de protección de la playa, médanos costeros y revisión de las licitaciones en playa con recuperación del espacio natural y público. Apoyo a las iniciativas comunitarias como la promoción de las leyes provinciales y nacionales de presupuestos mínimos de protección del frente costero
9-Plan de protección del paisaje la flora y fauna autóctona, acordado con la participación de las organizaciones ambientalistas. y centros de altos estudios como Universidades públicas.
10-Marcar claramente los límites de la reserva del Faro Querandí, garantizando la protección de la flora, la fauna autóctona los médanos, playas y su paisaje. Implementación de la misma.
11- Plan de forestación que recupere el paisaje urbano de nuestra ciudad.
12- Declaración paisaje protegido de la línea de médanos costeros del Sur y Norte de nuestro partido
13-Cuidado y forestación de los espacios públicos.
14-Plan de cuidado de nuestras mascotas, concientización ciudadana, parasitosis y castraciones.
15. Observar el cumplimiento del libre acceso a la información pública.
Fernando Araujo
Candidato a Intendente de Nuevo Encuentro Villa Gesell
Apoyos al reclamo de la Asamblea Ciudadana con referencia a las construcciones en la playa

El Centro Cultural Mar Azul adhiere y apoya al reclamo de la Asamblea en Defensa del Médano Costero. Consideramos que la construcción con hormigón en playa atenta contra el equilibrio medioambiental además de violar impunemente leyes y ordenanzas de protección ambiental vigentes. Invitamos a acompañar las acciones propuestas por los compañeros y compañeras de la Asamblea en Defensa del Médano Costero acercándose a la 123 y Playa (Villa Gesell)

Centro Cultural Mar Azul
Mat. nº 35634


Gacetilla de la Sociedad de Fomento de Mar de las Pampas contra las construcciones en la playa

Los integrantes de la Comisión Directiva de la Sociedad de Fomento de Mar de las Pampas, en representación de sus asociados, manifiesta su apoyo al reclamo de la Asamblea en Defensa del Médano Costero. En la localidad de Villa Gesell, se ha producido a lo largo de los años un avance de construcciones sobre los médanos costeros, lo que ha quebrado el equilibrio natural existente, profundizando los procesos de erosión costera y la progresiva eliminación de la playa, verdadera y principal fuente de recursos económicos de la comunidad toda. Fueron dados a conocer hace varios años los estudios realizados por diversos geólogos sobre la erosión y las construcciones rígidas en playa. Incluso durante esta gestión y con el auspicio de la misma, se ha presentado el libro digital de Marcomini y López, donde queda perfectamente claro el fundamento de quienes nos oponemos a estas construcciones. Sinceramente no entendemos cuál es el propósito de seguir incorporando estructuras de hormigón en la playa, como tampoco la incorporación de nuevos balnearios.
Queremos reiterar el cuidado que necesita nuestra duna costera, ya expresado en gacetillas anteriores. Estamos realmente muy preocupados y queremos dejarlo de manifiesto mediante la presente gacetilla.

Comisión Directiva SoFo
9 de Agosto de 2011.

Distribución de El Chasqui

En Villa Gesell usted puede retirar ejemplares gratuitamente en Cotel, Los Robles, Cevigé, Cerrajería Alberto. Para asegurarse que siempre haya ejemplares, concurra al local de Compostura de calzados Choper, en Paseo 110 e/ 2 y 3 de 10 a 13 y 17 a 20.30.
En Lomas de Zamora, en Alimarca, Av. Hipólito Yrigoyen 9150. (011) 4243-4611.
Lamentablemente, en la casa de Villa Gesell en la ciudad de Buenos Aires, donde repartimos durante diez años, hasta el año pasado, no podemos hacerlo más por la decisión de las oficinas de turismo del municipio de Villa Gesell
La idea de la distribución gratuita está basada en el retiro de UN ejemplar por persona. Aquellos comercios que no desean publicar en El Chasqui pero siquieren ejemplares pueden solicitar cotización para que les sean entregados en la dirección indicada. Para ello pueden llamar al teléfono (02255) 47-9595 o vía mail a elchasqui@mardelaspampas.com.ar

Farmacia en Mar Azul

Mar Azul y Las Gaviotas vuelven a tener Farmacia. Desde marzo funciona, en la calle 34 entre Mar del Plata y Punta del Este, la Farmacia Gaita. El teléfono es 47-7211 y permanece abierta todo el año. Turno permanente.

Consultorio Médico

El médico de Mar de las Pampas, Dr. Camilo M. Pérez, en su sexto año consecutivo, atiende con guardia permanente. Clínica Médica y Pediatría los fines de semana largos. Obras Sociales y Prepagas. Domicilios. Tel.:(02255) 45-8921.
Paseo Sendas del Encuentro, Planta Alta, Santa María e/El Lucero y El Ceibo, Mar de las Pampas.
Desde las 18 hs. servicio de enfermería. Paseo de Las Gaviotas, Punta del Este e/ 33 y 34, Las Gaviotas.


Cuento de Juan Forn

Habla, memoria

Hay una una historia entre Cézanne y Zola que siempre me fascinó: el padre de Zola muere, la familia llega a Aix-en-Provence en medio de penurias económicas, el niño Emile es encarnecido en la escuela, por nuevo, por pobre, por raro. Un solo compañero sale en su defensa, no le importa recibir una paliza de los demás por esa causa. El joven Zola le deja una canasta de manzanas en su puerta. Los dos muchachos se hacen amigos, leen a Virgilio, quieren ser artistas. Años después, cuando ya es un escritor de éxito, es Zola quien anima al tímido Cézanne a ir a París. Pero la amistad se malogra: Zola empieza a encontrar molestos los infortunios y las quejas de Cézanne, escribe una novela sobre un pintor incomprendido por su época y con eso hiere y aleja a su amigo. ¿Qué hace Cézanne entonces? Empieza a pintar sus famosas naturalezas muertas con manzanas: como devolviendo una por una aquéllas de la canasta que el joven Zola le ofrendó en prenda de amistad, en los lejanos años de Aix.
Hay otra historia parecida, aunque más chiquita y con final opuesto, de otro de los impresionistas. El banquero y bonvivant Charles Ephrussi se fascina con una naturaleza muerta de Manet sobre un puñado de espárragos. Paga por el cuadro diez veces su valor, en un momento en que Manet no es todavía conocido y vive en la escasez. Al día siguiente llega a casa del banquero, embalado toscamente, un cuadro precioso de un solo espárrago, con una nota que dice: «Creo que éste se cayó del puñado». Quizá conozcan la historia, está en Proust. Es leyenda que los personajes de En busca del tiempo perdido están basados en gente que Proust conocía. Proust trabajó brevemente como secretario de Charles Ephrussi y le adjudicó algunos de sus rasgos a Charles Swann. Pero yo me enteré por otra vía de la historia de los espárragos, así como del episodio de las manzanas de Cézanne y Zola. Fue por un profesor de dibujo que tuve en sexto grado, un tipo que intentaba inútilmente abrir nuestras cabezas y se enfurecía cuando coloreábamos mariconamente nuestros dibujos para que no se nos gastaran los lápices: una vez me arrancó la hoja de la mano, se apropió de mi adorada caja de Caran D’Ache y fue consumiendo mis lápices y obligándome a sacarles punta y pasárselos de vuelta hasta que aquella hoja canson se convirtió en una masa vibrante, asombrosa, de color (hasta me pareció que pesaba el doble cuando me la devolvió) y mi caja de Caran D’Aches era una ruina.
Consiéntanme ahora otro viraje inesperado. Hay en Inglaterra un gran ceramista llamado Edmund DuWaal. Sólo hace piezas que puedan sostenerse en una mano y que parecen ideas platónicas más que objetos, aunque él es partidario ferviente de que esas piezas se usen, se toquen: cree que ciertos objetos conservan en sí el pulso de quien las talló, incluso el de quien las tuvo en su mano, como si emitieran «un murmullo existencial». Durante sus largos años de estudio, el joven DuWaal recaló en Japón para estudiar el arte del laqueado. A lo largo de aquella estadía en Kyoto, visitaba una vez a la semana a su adorado tío abuelo Ignatz, o Iggie, único hermano de la abuela de DuWaal, Elizabeth. El apellido de ambos hermanos era Ephrussi. La posesión más preciada del viejo Iggie, que vivía en Kyoto junto a su joven amante japonés, era una colección de netsuke. Los netsuke son pequeñísimas piezas de marfil o madera talladas a mano que se usaban en el viejo Japón como borlas de las bolsas de tabaco o de dinero. Caben holgadamente en la palma de una mano. Cuanto más antiguas son, más historias cuentan.
El viejo Iggie tenía 264 piezas de netsuke. A lo largo de sus años en Japón no había sumado una sola pieza a su colección. La conservó tal cual la había recibido, y así iría a parar a manos de DuWaal cuando Iggie murió, en 1994. Durante aquellos almuerzos semanales en Kyoto, Iggie le había contado distraídamente a DuWaal la historia de esa colección de netsuke, que era su manera de contar la historia familiar de los Ephrussi. Iggie había huido de Viena en 1938, por judío y por homosexual. Su hermana Elizabeth ya se había casado con un comerciante holandés llamado DuWaal y emigrado a Inglaterra y fue la que posibilitó la huida de Iggie y del padre de ambos, Viktor. La madre su había suicidado «discretamente» cuando los Ephrussi perdieron todas sus posesiones a manos de los nazis. Al llegar a casa de su hija en Inglaterra, la única posesión que le quedaba a Viktor en el mundo era un reloj de bolsillo, de cuya cadena colgaba la llave de su biblioteca (los nazis le habían prendido fuego a los libros de esa biblioteca). La pérdida de su mujer y de su palacio en Viena fueron demasiado para él: no llegó a ver el final de la guerra. Cuando los aliados restituyeron el palacete a Elizabeth, ella descubrió que la doncella que los había criado a ella y a Iggie había permanecido como ama de llaves de la casa mientras albergaba a un jerarca de la Gestapo. Esa doncella recibió con lágrimas en los ojos a Elizabeth, la llevó a su humilde recámara y le mostró cómo había logrado ocultar en su colchón de paja las 264 piezas de netsuke que, en tiempos de gloria de la mansión, estaban en los aposentos de la señora de la casa.
Habían sido el regalo de bodas de Charles Ephrussi a Viktor, enviado desde París cuando Viktor se casó y se instaló a vivir en aquel palacio en 1913. Fue Charles quien inició a los impresionistas en el culto a lo japonés que estalló en Occidente a partir de 1870. Le llevó cuarenta años reunir aquellas 264 piezas. De cada par de netsuke que compraba, conservaba uno y le enviaba el otro a una dama casada que era su amante. Cuando ella enviudó, la colección se unió. Cuando Charles estaba cerca de la muerte y su sobrino favorito le anunció que se casaba, le obsequió la colección. A Viktor le pareció tan incongruente con el resto de las obras de arte que albergaba la mansión que decidió ubicarla en los aposentos de su esposa, donde los niños Elizabeth e Iggie jugaban con los minúsculos netsuke mientras su madre se hacía peinar y enjoyar antes de cada velada. Sabiendo lo que significarían para Iggie, Elizabeth los hizo embalar y se los envió a Japón. Veinte años después, Iggie trató en vano de transmitir aquella historia al joven DuWaal. Pasaron otros veinte años, la colección volvió a surcar los mares, DuWaal escuchó finalmente el murmullo existencial de esas minúsculas piezas de marfil y se sentó a escribir la historia de su familia en un libro formidable (The hare with amber eyes).
En un momento cerca del final describe lo que le produce tener esas desgastadas piezas de netsuke en su mano, lo que fueron para el bonvivant Charles y para el desafortunado Viktor y para el niño Ignatz y para el viejo Iggie, y no sé por qué a mí me hicieron acordar de repente, con nitidez total, en esa escena de mi niñez en que el profesor de dibujo depositó en mis manos mi venerada caja de Caran D’Aches con todos los lápices mochos y aquel dibujo perfectamente trivial, vuelto asombroso por la frenética, apasionada manera en que le había dado vida.

miércoles, 10 de agosto de 2011

Teléfonos útiles

Bomberos 100
Comisaría 101
Destacamento Mar de las Pampas 46-8901
Hospital Emergencias 107
Salita de Mar Azul 45-3463
Médico en Mar de las Pampas 45-8921
Pediatras 46-0201
Dermatóloga 46-4517
Farmacia 45-1827
Veterinario 24 hs. 0226715637096
Cotel 46-1600
Cevige Guardia 46-2596
Turismo Norte 45-8596
Turismo Mar de las Pampas 47-0324
Casa de la Cultura 46-2513
Polideportivo 46-7018
Info Turismo (02255) 15 48 5279/80
REMISES Alameda 46-6666
GAS Guillermo 45-4597

Transporte de Pasajeros

El Rápido 45-4090
Alvarez 47-6498
Plusmar 47-5580
Expreso Alberino 47-3958
El Rápido Argentino 47-6344

Horarios de Farmacia

Urgencias: de 200 a 700 al 45-1827/28

Cuento Zen

El Tenzo

El Maestro Dogen contaba la siguiente anécdota de su vida:
Cuando estuve en el monte Tendo, un monje que se llamaba Lu, tenía a su cargo la responsabilidad de Tenzo (cocinero del
monasterio). Un día, después de la comida, cuando me dirigía de un edificio a otro por un corredor, divisé a Lu secando
hongos a pleno sol. No llevaba sombrero y el sol pegaba tan fuerte que las losas del patio ardían. Lu trabajaba duramente,
empapado en sudor. Pensé que ese trabajo era demasiado duro para él, un anciano con la espalda encorvada y las cejas
completamente blancas.
Me acerqué y le pregunté su edad. Me dijo que tenía sesenta y ocho años. Luego le pregunté que por qué no se hacía ayudar
por algún asistente.
«Los otros no son yo», respondió.
«Es verdad», le dije. «Me doy cuenta que su trabajo es la acción del Dharma. Pero, ¿por qué trabajar tan duramente bajo este
sol abrasador?»
Lu me respondió:
«Si no lo hago ahora, ¿cuándo podré hacerlo?»

Críticas

En cierta ocasión, un brahman celoso del Buda Shakyamuni fue a verle y, lleno de ira y resentimiento, comenzó a llenar de improperios y a insultarle duramente.
El Buda lo escuchaba pacientemente, sin alterarse ni responder a los reiterados insultos que el brahman le dirigía.
Después de un buen rato el hombre se cansó de sus ataques verbales y se calló. Entonces el Buda le preguntó:
«¿Ha terminado ya?»
El hombre no respondió.
«¿Recibe visitas en su casa?» le preguntó el Buda.
«Sí, a menudo», contestó el hombre intrigado.
«Y, ¿le ofrece a sus visitantes comida y bebida?», indagó el Buda.
«¡Desde luego! Esa es la costumbre», contestó el brahman.
«Y si las visitas no las quieren, ¿qué hace usted?»
« No me importa. La como y la bebo yo mismo», dijo el brahman.
Entonces el Buda Shakyamuni dijo:
«Eso mismo debe de hacer con sus críticas. Ha sido muy amable al invitarme a sus críticas, pero yo no las quiero. No quiero compartirlas con usted, así que cómaselas solo».

El brahman, avergonzado, no supo qué decir.

Indice de anunciantes

Hospedajes
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MUJICA alamcén criollo 47-6236
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PUERTO PAMPA pizzas y empanadas envíos 45-8176www.mardelaspampas.com.ar/puertopampa
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VIEJOS TIEMPOS comida mejicana 47-9524

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BLUE BEACH restaurant 47-9599
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HEIWA sushi bar 45-3674
LA HOLANDESA 45-6669
MR GONE 47-4680
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Construcción

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MUEBLES DE TRONCO artes 45-0252

Paisajismo

PG parques y jardines 46-1751 - contacto@pgparques.com.ar

Inmobiliarias

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GAVIOTAS INMOBILIARIA 47-9988 -http://www.gaviotasgesell.com.ar/
GIANINI INMOBILIARIA 45-6282 - gianini@gesell.com.ar
IRELL INMOBILIARIA 47-3310 - irell@gesell.com.ar
MAR DE LAS PAMPAS 47-9561 - jlvarquitectos@yahoo.com.ar
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AUTOSERVICIO HESSEIN 46-1745
CAMILA PROVEEDURÍA 47-9800
GAS GUILLERMO 45-4597
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SAMSARA despensa naturista 47-4565º
VINOTECA PAMPAS DEL NONNO 47-2225

Varios

ALAMEDA remises 46-6666
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