Un estudiante fue hasta su maestro y le dijo, "¡Mi meditación es horrible! Me siento tan distraído, mis piernas duelen, estoy constantemente quedándome dormido. Es horrible!".
"Ya pasará", dijo irónicamente el maestro.
Una semana después, el estudiante volvió hasta su maestro. "¡Mi meditación es maravillosa! ¡Me siento tan conciente, tan apacible, tan vivo! ¡Es maravilloso!".
"Ya pasará", contestó irónicamente el maestro.
jueves, 11 de junio de 2009
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