El Monje Zen
Un monje Zen había sido sentenciado a muerte.
El rey lo llamó y le dijo:
«Sólo tienes veinticuatro horas: ¿Cómo vas a vivirlas?»
El monje Zen se rió y contestó.
«¡Momento a momento, tal como siempre he vivido! Para mí nunca ha habido más que este momento, así que, qué más da si me quedan veinticuatro horas o veinticuatro años. Eso es irrelevante. Yo siempre he vivido momento a momento así que un momento es más que suficiente para mí.»
El rey no podía comprenderlo.
El monje le dijo:
«Señor, déjeme preguntarle algo, ¿puede usted vivir dos momentos simultáneamente?»
Vivimos realmente cuando vivimos en el Ahora, sólo que habitualmente no vivimos, pensamos.
A ello se debe que la vida nos parezca tan corta y no seamos capaces de entender aquello a lo que Jesús se refería cuando hablaba de la vida eterna.
El monje, al vivir momento a momento, había alcanzado a liberarse de la esclavitud de la mente, y la compulsión de vivir exclusivamente a través de la memoria y la anticipación.
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